"(...)
Poner al día, vaya expresión. Hacer. Hacer algo, hacer el bien, hacer
pis, hacer tiempo, la acción en todas sus barajas. Pero detrás de toda
acción había una protesta, porque todo hacer significaba salir de para
llegar a, o mover algo para que estuviera aquí y no allí, o entrar en
esa casa en vez de no entrar o entrar en la de al lado, es decir que en
todo acto había la admisión de una carencia,
de algo no hecho todavía y que era posible hacer, la protesta tácita
frente a la continua evidencia de la falta, de la merma, de la parvedad
del presente. Creer que la acción podía colmar, o que la suma de las
acciones podía realmente equivaler a una vida digna de este nombre, era
una ilusión de moralista. Valía más renunciar, porque la renuncia a la
acción era la protesta misma y no su máscara (...)."
Capítulo 3 - Rayuela
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