Esta vez era un mar distinto.

Era aquel mismo que había impresionado sus ojos, sus sentidos,

su tacto desde el primer día que lo vio, que lo sintió.

Pero no era igual…nada era igual, porque esta vez,

por primera vez, todo era compartido.

Tantas veces lo había imaginado, tantas veces se había perdido

en aquella inmensa sensación.

De la mano, caminando hacia el mar, estaban en su lugar

Estaban juntos, mas que nunca… eran eternos, invencibles.

Era perfecto.